En 1922 apareció publicada en la revista National Geographic la imagen que aparece junto a este texto. Se trata de una fotografía impactante que iba acompañada del siguiente comentario: “Mujer condenada a morir de hambre en Mongolia, 1913”. En ella aparecía una joven que intentaba penosamente forzar el candado y así conseguir escapar del cajón de madera de menos de un metro de altura en el que estaba encerrada. La fotografía, en el momento que apareció publicada, representaba además una muestra de la barbarie y la crueldad legendaria del pueblo mongol, y confirmaba la necesidad de que las naciones avanzadas de Europa y Norteamérica acabasen con esas prácticas e impusiesen su civilización al resto del mundo.
La reacción que semejante imagen nos produce es de rechazo inmediato. Pero un examen no especialmente atento de la imagen nos arroja algunos interrogantes. Junto a la caja de la fotografía aparecen dos cuencos, lo que sugiere que la prisionera había sido alimentada, algo que se contradice con el pie de foto. Esto nos puede permitir comprender que, en realidad, no se trataba de ninguna condenada a morir por inanición. De hecho, en Mongolia, donde tradicionalmente han habitado pueblos nómadas, las cárceles, entendidas como edificios ubicados en un lugar fijo, no eran habituales. En su lugar de desarrollaron artilugios como los de la imagen, más acordes con las necesidades de movilidad de los mongoles, celdas transportables en las que se encerraba a los que habían cometido una falta. Evidentemente la imagen sigue siendo dura, pero quizás puesta junto a la de una celda europea de inicios de siglo XX no habría provocado la misma reacción.
Es difícil saber si el engañoso pie de foto responde a la ignorancia del redactor o a una voluntad consciente de falsear la realidad. Sea como sea, este ejemplo nos sugiere que, a lo largo de la historia, y hasta nuestros días, se han sucedido un número difícil de imaginar de casos similares. Y no necesariamente referidos a lugares aparentemente remotos. Ahora en Cataluña estamos en plena campaña electoral. En este tipo de circunstancias, en que los partidos intentan movilizar la opinión pública, es habitual encontrar manipulaciones similares, se trate de fotografías o de eslóganes, en relación a temas sobre los que hay opiniones muy contrastadas en la sociedad. Por ejemplo, el de la inmigración. A nosotros, apoyados en el estudio y en una capacidad de observar críticamente lo que nos rodea, nos corresponde decidir si los pies de foto se corresponden con la realidad.