Autor Convidat: “El arte de laca Namban y la atracción que causó en España”

Seguimos con un nuevo artículo del ciclo sobre la Embajada Keichō, en este caso será la profesora Yayoi Kawamura, de la Universidad de Oviedo, quien nos hablará sobre la influencia del arte de la laca Namban en Españá.

El arte de laca Namban y la atracción que causó en España

Con la llegada de los primeros europeos a Japón, en la segunda mitad del siglo XVI, el comercio de distintos objetos desconocidos en Europa empieza a ser una realidad, experimentándose la primera “globalización” del mundo. Esta intensa relación entre la Península Ibérica y el archipiélago japonés a través de los comerciantes aventureros y misioneros se mantuvo hasta las primeras décadas del siglo XVII, poniéndose fin en 1639 con el cierre de las fronteras por el gobierno japonés, quien sentía celos ante el creciente cristianismo. Los protagonistas europeos de esta relación fueron los portugueses seguidos de los españoles.

Sagrario Laca Namban

Sagrario Laca Namban

Los galeones que atracaban en los puertos del sur de Japón, sobre todo en Nagasaki, se encargaban de traer mercancías que provocaban en Europa aprecio y admiración. Entre las obras artísticas, indudablemente la laca japonesa urushi fue el género que mayor atracción causaba a estos primeros europeos. Ciertamente, los que accedían a Japón por la ruta de los portugueses a través de Goa (India) y Macao (China), previamente tuvieron contacto con obras lacadas de India y de China, pero cuando llegaron a Japón el intenso brillo y atractiva textura de la laca japonesa decorada con motivos dorados (técnica llamada makie) debió de causarles furor. Los artífices japoneses que se dedicaban a este arte pronto descubrieron un nuevo negocio en la demanda de estos clientes europeos. En las últimas décadas del siglo XVI se perfilaba claramente dentro de la industria de la laca japonesa un género específico destinado a la exportación, la laca llamada de estilo Namban.

Este género se caracteriza por ser objetos de uso occidental, tanto civil como religioso, como arcas, baúles, bargueños, mesas, cajas, atriles, oratorios portátiles, etc. Son piezas que llevan una cargada decoración con motivos vegetales y florales; dorados, plateados y de nácar incrustado sobre fondo negro, entre los cuales pueden encontrarse aves de distintos tipos, leones, tigres y otros animales. Son obras que muestran una gran atracción visual, de un estilo claramente distinto a la laca destinada al mercado japonés.

Estas codiciadas mercancías viajaron de Japón a España a través de dos rutas opuestas: la primera era la ruta dominada por los barcos portugueses vía Macao y Goa, que terminaba en el puerto lisboeta; y la segunda era la ruta de dominio español, a través del galeón de Manila y galeón de las Indias, vía Manila, Acapulco, Ciudad de México, Veracruz y La Habana, arribando finalmente a Sevilla.

En los inventarios de los bienes de los miembros de la realeza y nobleza de los siglos XVI y XVII encontramos claros testimonios de que la laca japonesa era un producto accesible solo para la élite de la sociedad. Actualmente encontramos un número muy apreciable de estas obras de laca Namban en el ámbito religioso en España. Lo más llamativo de este fenómeno es el uso de las piezas originalmente civiles (arcas o arquetas) como relicarios, por ejemplo en los monasterios de las Descalzas Reales y de la Encarnación, de Madrid, o de Guadalupe en Cáceres. También hay parroquias que vienen destinando sus arcas o arquetas para el Monumento del Jueves Santo, como en el caso de Pedroso en la Rioja, Santa Eulalia de Segovia, o Miranda de Arga en Navarra.

Estas obras conservadas son donaciones de los bienhechores de los conventos, santuarios o parroquias, que solían ser de familia noble, u hombres que hicieron fortuna en América.

Por otro lado, también se conservan en España piezas cristianas como atriles misales, oratorios portátiles o cruces. Asimismo, familias de importante linaje, como la casa ducal de Alba, poseen obras de laca Namban, heredadas de generación en generación durante siglos.

Yayoi Kawamura

Universidad de Oviedo