Autor Convidat: “Los textos impresos como testimonios de un encuentro”

Con el texto de la profesora Elena Barlés, que nos muestra una interesante mirada a algunos de los testimonios escritos relativos al periodo Namban  conservados en España, finalizamos el ciclo sobre la Embajada Keichō y el período Namban.

Los textos impresos como testimonios de un encuentro. Una aproximación a los libros occidentales relativos al periodo Namban (1543-1639) conservados en España, y su contribución a la creación de la imagen de Japón

Durante el llamado periodo denominado Namban (1543-1639),  Japón  y los países de la Península Ibérica (unidos bajo una misma corona entre 1580 y 1640) establecieron intensos contactos,  gracias  desarrollo de las relaciones comerciales y a la presencia de misioneros cristianos que iniciaron la evangelización del archipiélago. Fruto de esta etapa de confluencia de culturas fueron diversos textos realizados por viajeros, comerciantes, políticos, diplomáticos, funcionarios  occidentales y, sobre todo, por misioneros jesuitas, franciscanos, dominicos y agustinos que, habiendo visitado o residido las islas, dejaron constancia de sus experiencias y vida en el país.

GUZMAN, Luis de, Historia de las missiones que han hecho los religiosos de la Compañia de Iesus para predicar Sancto Euangelio en la India Oriental y en los reynos de la China y Iapon / escrita por el Padre Luis de Guzman religioso de la misma compañia; primera parte en la qual se contienen seys libros tres de la India Oriental, uno de China, y dos de Iapon, Alcalá, viuda de Juan Gracian, 1601

GUZMAN, Luis de, Historia de las missiones que han hecho los religiosos de la Compañia de Iesus para predicar Sancto Euangelio en la India Oriental y en los reynos de la China y Iapon / escrita por el Padre Luis de Guzman religioso de la misma compañia; primera parte en la qual se contienen seys libros tres de la India Oriental, uno de China, y dos de Iapon, Alcalá, viuda de Juan Gracian, 1601

La mayor parte de estos escritos fueron cartas, memorias, relaciones, historias o crónicas, informes o ensayos, redactados fundamentalmente por portugueses, españoles e italianos, bien en sus idiomas nativos o en latín. Buena parte de ellos, quedaron en su forma original de manuscritos y nunca llegaron a publicarse. Sin embargo, otra parte de estos testimonios fueron difundidos en forma de libro por la imprenta. En algunos casos, la iniciativa de su publicación nació del natural deseo de sus artífices (sobre todo de aquellos que procedían del ámbito civil) de dar a conocer sus actividades, de descubrir a «otros»  mundos tan apenas explorados, o de dejar memoria de los hechos que vivieron y las realidades que contemplaron. En otras ocasiones, como es el caso de los textos redactados por los misioneros, fueron editados con la intención de promover entre los fieles de Europa el interés, la devoción o la vocación por las tareas de evangelización en Oriente; de justificar, divulgar y dejar memoria de lo realizado; o incluso de  mantener la fe de los propios miembros de las órdenes religiosas en el éxito de tareas evangelizadoras. Estos textos, sin duda los más numerosos, informaron sobre el desarrollo de las  labores misioneras,  y, muy especialmente y en los periodos más tardíos, sobre los episodios de  persecución y martirio de los cristianos en Japón, acontecimientos que fueron mostrados, en clave providencialista, como el triunfo de la fe católica y como el testimonio de la entrega de misioneros y de la fortaleza de las convicciones de los creyentes japoneses. No obstante, estos libros  también recogieron datos de carácter geográfico, político, antropológico, religioso y cultural sobre el archipiélago que descubrieron detalles sobre la vida, costumbres y carácter de los habitantes de aquel lejano horizonte.

Editados principalmente en imprentas portuguesas, españolas, y filipinas,  aunque también italianas y belgas, lo cierto es que estos libros tuvieron un notable éxito, como prueban sus sucesivas ediciones,  su traducción a varios idiomas, y su recurrente presencia en las bibliotecas de la época. Hemos de pensar que en segunda mitad del siglo xvi y primera mitad del xvii, entre los sectores sociales que podían acceder a los libros (estamentos poderosos con recursos económicos, cultos o pertenecientes al clero), todo lo que venía del «Lejano Oriente» causaba una enorme fascinación, sentimiento al que habían contribuido los relatos de los viajeros medievales, la belleza y originalidad técnica y formal de los objetos artísticos que fueron llegando gracias al comercio, además del  interés que, en la Europa católica, suscitaba todo lo relativo a la vida de los admirados misioneros, considerados como los nuevos héroes de la Iglesia.

Como es lógico, dado el protagonismo que nuestros compatriotas e instituciones, tanto civiles como eclesiásticas, tuvieron en los hechos acaecidos en el periodo Namban, buena parte de estos libros se divulgaron en España y hoy se encuentran en nuestras bibliotecas. Este patrimonio bibliográfico tiene sin duda un importante y  singular valor no solo por constituir una de las fuentes esenciales para conocer las relaciones entre Japón y la Península Ibérica en aquel periodo Namban, y para comprender la vida e historia del archipiélago, sino también porque constituyen  la base de la primera imagen que los españoles nos forjamos de las islas y de sus gentes y  por ser testimonio material de los primeros contactos entre España y Japón que en este año 2013 conmemoramos.

Elena Barlés Báguena
Universidad de Zaragoza