Jesús Solé-Farràs
Profesor Colaborador del Máster Universitario de Estudios de China y Japón (UOC)
En la asignatura Bases del pensamiento de China y Japón —ofrecida en el Máster Universitario de Estudios de China y Japón— no son pocas las ocasiones que invitan a demorarnos, siquiera fugazmente, en reflexionar sobre las vías de transmisión del legado filosófico de estas dos culturas esteasiáticas, así como sobre su eventual influencia en nuestra contemporaneidad. Ello se debe, en buena medida, al arraigo que en su sustrato cultural —en el chino, casi por antonomasia— tiene la idea de continuidad.
Valgan como ejemplo los conceptos de datong (“gran armonía”) y xiaokang (“paz menor”), patrimonio del pensamiento confucianista. Éstos se han extrapolado sin apenas chirridos a la transición ideológica del maoísmo al postmaoísmo en la RPC, puesto que son, respectivamente, los referentes clásicos de la utopía comunista y de la “sociedad medianamente próspera”. Dicha transición se sustenta en la teoría de Hu Qiaomu, destacado teórico marxista y miembro del Politburó del PCC, según la cual la realización del comunismo en China puede aplazarse sine die. Así, la línea ideológica del PCC dejó de poner el énfasis en el socialismo, como primera fase del comunismo, para ponerlo en el “socialismo con características chinas”, como primera fase del socialismo. En definitiva, como en tiempos de Confucio, el datong tendrá que esperar, y se impone el pragmatismo de concentrar todos los esfuerzos en construir una sociedad xiaokang.